Psicoterapia y humanidad

Una persona con estabilidad de ánimo, serena, segura y con el control de su vida, se puede considerar una persona saludable en el ámbito psicológico. Esto sin embargo, no quiere decir que no experimente un grado de neurosis en su vida.

Lo que diferencia a una persona sana psicológicamente de una persona enferma es el grado de neurosis que experimenta en su vida cotidiana. Por ejemplo, las personas neuróticas suelen estar irritadas o irritables, incluso apáticas y emocionalmente planas, no pueden controlar sus acciones, se les dificulta planear actividades, se desesperan y se frustran, falta de motivación, etc. Este tipo de estados de ánimo que caracterizan a las personas neuróticas los lleva a una falta de realización personal, no pueden alcanzar sus metas, hacen cosas que desearían no estar haciendo.

Cuando las personas entran en un grado profundo en los conflictos entre lo que “deben de” y lo que quieren se aíslan socialmente y tienden a pasar a la psicosis. La psicosis es coloquialmente conocida como “locura”, en este estado las personas tienen dificultades para distinguir entre su imaginación y la realidad en la que viven. La psicosis consiste en una fuga del sufrimiento que provoca la neurosis, así las personas se aferran a ideas que le dan un significado a su existencia.

Pongamos un ejemplo, cuando estamos en una situación que en la que no nos gusta estar un mecanismo de defensa muy usual es la imaginación, empezamos a pensar en otras situaciones de nuestra vida que nos gustaría estar haciendo en ese momento, incluso imaginamos platicas completas, reacciones, creamos una escena de fantasía. Bueno pues si no pudiéramos salir de esa fantasía estaríamos hablando de una psicosis.

Como ya había mencionado antes, las personas tenemos que cargar un grado de neurosis en nuestras vidas, ya que no siempre las cosas salen o son como queremos o imaginamos. Esto es sano, es parte de la salud psicológica, siempre y cuando se trate solamente de un episodio transitorio. Cuando la neurosis ocupa más de un 40% del tiempo cotidiano, podemos decir que la persona necesita tratamiento psicológico.

Existen tres mecanismos que las personas neuróticas utilizan para no llegar a la psicosis, estos se llaman mecanismos paliativos. Los mecanismos paliativos en realidad no resuelven la neurosis solo bajan la intensidad. Estos tres paliativos son: el abuso del placer sensorial, hacer sufrir a otros y la rigidez conceptual y afectiva.

Actualmente vivimos en un mundo neurótico, las personas ya no son tolerantes las unas con las otras, son egoístas, no buscan un beneficio social. El mundo tiene un problema global de desempleo, se educa a las nuevas generaciones a manera de que no persigan sueños que persigan dinero. Todo esto nos da como resultado personas infelices, haciendo cosas que no quieren y les causa conflictos, personas agresivas tratando de desahogar tanta frustración.

Si consideramos lo anterior, nos podemos dar cuenta que nos estamos encaminando hacia el lado contrario, es como el camino tenebroso y el camino bello y tranquilo en los cuentos de hadas, la sociedad actual está tomando el camino tenebroso con los ojos vendados y si seguimos por ese camino el resultado va a ser una sociedad llena de conflictos, tal vez una guerra de todos contra todos.

La única manera de terminar con la violencia y la destructividad es lograr que haya más posibilidades para la expresión de vida, para la creación, la recreación y el bienestar de cada vez más personas. Lograr que cada vez más personas cuenten con bienestar psicológico, que se sientan realizados en sus vidas, con el control de su propio rumbo. Que las personas se liberen, que comiencen a hacer lo que quieren hacer, no lo que “deben o tienen” que hacer. Y que estos deseos se acoplen con el bienestar colectivo.

Para lograr lo anterior considero que a las personas se les debe de enseñar el principio de la vida, que muchas veces se olvida, EL AMOR. El amor rompe barreras de todo tipo y une, el amor no destruye, el amor se encarga de crear. Si creamos una sociedad amorosa en su mayoría, muchos de los problemas que nos trae esta neurosis colectiva en la que vivimos desaparecerían. Si enseñamos a amar no tenemos porqué enseñar a disparar. Es por esto la importancia del AMOR en la salud psicológica de los seres humanos, ya que a través de este maravilloso fenómeno nacen los significados que nos forman. Es imposible en su caso tener una buena autoestima sino a través del amor a otros. Amarse a sí mismo y a otros es parte del mismo proceso, aprendemos lo que es el amor cuando sentimos amor por los otros y esto nos enseña al mismo tiempo el amor propio.

Psic. Ana Leticia Martínez Aparicio